Cambiar de hogar puede ser algo que genera mucha ilusión porque es una nueva casa, un nuevo vecindario y un paso en tu vida. Pero, ¿qué pasa si resulta que dejas atrás un jardín que has estado cuidado desde que empezaste a vivir en esa casa? Pues que no tienes que preocuparte porque, en muchas ocasiones, también el jardín se puede trasladar a la nueva vivienda.
Mudanzas de jardín
Mudar el jardín no es una tarea fácil y no se pueden dar garantías de que vaya a funcionar en el nuevo lugar, sobre todo si sufre mucho el mismo en el trasporte o se hace mal. Por eso es bueno siempre confiar en profesionales de mudanzas para hacerlo.
Las claves de una mudanza de jardín
A la hora de mudar un jardín, debes tener en cuenta:
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Que hay que tratar las plantas y los árboles con mucho cuidado. Son seres vivos muy frágiles por los que hay que darles especiales cuidados.
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Los días previos a la mudanza hay que disminuir el regado de las plantas para que ellas mismas se acostumbren a un cambio, para que se vayan preparando.
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A la hora de trasladar las plantas, siempre es mejor que vayan en una caja donde tendrán más estabilidad pero, eso sí, si tapas la caja, entonces asegúrate de hacerle agujeros para que pueda respirar. También conviene poner algo de goma espuma para evitar que se mueva o que se pueda deteriorar.
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Si van a estar mucho tiempo en el camión de mudanzas se les pueden colocar unas esponjas humedecidas que le ayudarán a conseguir el agua que necesiten y al mismo tiempo les mantendrán la humedad que requieran.
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Una vez llegados al destino conviene dejar que pasen unas horas antes de reinstalar todo el jardín y hacerlo también con suavidad dejando que se adapten. Es posible que puedan verse las plantas más apagadas pero, en general, tras unos días volverán a estar bien.